Mi sueño, como buen escritor de segunda (si encajo en ese rango), implica la formacón de una familia de compañeros enamorados de la letra, apasionados por su significado y convencidos de su poder. Así, siguiendo esa filosofía, invito a un amigo cuya calidad humana es incomparable. Bienvenido, Roberto Davianno, construyamos juntos esta mesa de discusión.
Aquí, anexo su primer obra parafraseada:
"Pasan los minutos a través de mi"
Pasan los minutos a través de mi, estoy solo y así es como percibo la esencia del tiempo.
No poseo referencia alguna del exterior. Las ventanas del entorno están cerradas por mi memoria. La vida se alcanza a oír en la lejanía de forma incontinua.
Un bostezo tuerce mi cuello para forzarme a ver el horizonte. La miopía es incuestionable y todas las líneas que alguna vez creí conocer, desaparecen. Ahora, con lágrimas carentes de sentimiento y emoción, contemplo un pasado que nunca debió ser.
Inicié las charlas conmigo mismo por temor a olvidar. Tantas ideas han golpeado mi cabeza y son tantas las realidades en las que me he ahogado, que quiero creer que sigo aquí.
Ya es de noche y no logro conciliar el sueño. Deseo aprovechar lo que nunca pude, pero es entonces cuando percibo la esencia del tiempo.