¡Mira! Madre tierra. ¡Mira sus sonrisas! Que bello gira el viento, se tropieza con ellas y ellos, se regocija en sus labios de dulzura. Que conclusión tan firme, tan marcada. Una charla de larga duración acompañada de sones, carcajadas y cuentos. Cuentos misteriosos, divertidos o sensuales. Y ahí, en la intimidad del amor más profundo, de la amistad, surge ella. Misma para todos: ¡qué felicidad!