Sus ojos observan una cualidad de vida. A lo lejos, el horizonte asoma algo peculiar. Nadie lo nota mas que ella quien, perdida en sus pensamientos y sensaiones, se queda pasmada frente a tan estimulante sensación.
Un sonido remoto golpea la membrana de sus oídos: es relajante, suave, fugaz... se llama "mar" y rellena con humedad una vida seca por el sol. ¡Qué delicioso estar ahí! Grandiosa sensación de mojarse los muslos con el agua fresca mientras las aves cantan los sones de la tierra.
Mándanos un poco, amiga escondida, regálanos un cacho de vibra maya en la bebida diaria, para que podamos entonar a nuestros ancestros monumentales, para que seamos parte del éxtasis de sentirse mojado y seco, y estar simplemente parado frente al vacío.
¡Besos de calor!