Thursday, October 26, 2006
Rostros: Al pie de mi ventana
¿Ves? ¿Allá a lo lejos? ¿La capa verde que cubre al mundo? ¿Alcanzas a observarla? Es de ella que nosotros vivimos, de su belleza. Ahí, donde apunta el viento del norte, se concentra la magia de nuestros ancestros. Observa cómo se mueven las ojas. Es el paso de Quetzalcóatl arrullando su vida. ¿Y la neblina, por allá? Seguramente resulta del estornudo desvastador de Tlaloc, lloroso siempre. Sólo así mantiene húmedos los frutos, las flores, el olor de la tierra.
¿Ves? ¿Mexicano? ¿Alcanzas a nutrirte con los rayos de energía que Tizoc emana con poder? Tan grande es la existencia, que nos pone todo de frente: así no cabe posibilidad alguna de que lo perdamos.
¿Estás mirando? ¿Hermano mío, socio de sangre y polvo? No... claro que no... tienes los ojos cerrados. Lo prefieres a él, a Huitzilopochtli, tan ambicioso, tan cabrón, tan asesíno y gandalla... lo buscas a él en la corrupción. Lo encuentras en la frontera y en el gobierno. Lo alabas en la presidencia, lo ensalzas en tus intereses, te lo comes completito cuando ya no le sirves.
¡Abre los ojos! Toma mi mano. Dibuja conmigo, en el papel de las cuevas antiguas, los muros;traza las líneas con pintura de zapote y maíz: México, México, México, somos todos. ¡Y va por tí!