Así se me antoja comerte:
en un caldo tibio
con sabor a cuerpos conjugados,
al tuyo y al mío,
sazonado a fuego lento de antojos
y juegos pícaros.
En un "coctel" tropical
fresco y saladito, para que
su mezcla con la acidez del sol citronado
vuelva loco mi paladar,
sus glándulas curiosas, degustadoras.
Bañada en salsa dulce de ámbar,
que petrifique mi líbido y
la haga eternamente tuya.
Abrigada con el manto esponjoso
de un suflé de chocolate.
Sensual, cachondo, erótico,
afrodisiaco. De ese modo me podría
perder en las sábanas de tu piel.
Así como sólo yo te cocino:
en el apogeo generoso de mi cariño,
con el toque de tu sonrrisa
expuesta al pie de mis sueños,
con miel de vida y la humedad de tus labios.