¿Para qué sirve la historia?
En nuestro papel de estudiantes, los jóvenes recordamos todos los días en clase que somos integrantes de una magnífica obra social denominada México. Notamos que ésta se organiza gracias a leyes, convenios, sistemas e instituciones establecidas de acuerdo a los deseos y las necesidades de todos nosotros; pero que también lo hace gracias a sueños, convicciones y postulados. Cuando nos proponemos estudiarla, resulta evidente que no basta con ver el panorama actual para comprender su funcionamiento. En realidad se requiere de un estudio minucioso de los acontecimientos que contribuyeron a que naciera y se desarrollara como lo hace hoy en día. Conocer la historia de nuestro país, es alimentarse con las bases necesarias para poder generar un crítica sustentable de su estado vigente y proponer alternativas para mejorarlo.
Cuando se habla del tema, es necesario mencionar que las páginas de nuestra historia fueron escritas por cientos de personajes, humanos todos, que lucharon por ideales inherentes a los grupos sociales que representaban, por lo que éstas van acompañadas de anexos y borrones que cada historiador o entrometido les ha ido agregando con el paso de los años. Ello nos obliga a interrogarnos acerca de cómo se puede lograr el entendimiento de su verdadera cara. La respuesta es muy sencilla: puesto que son hechos del pasado de los que no siempre se tiene registro, no hay forma de tener la certeza sobre cuál de las versiones es la correcta; sin embargo, si se puede saber cuál es la que más se aproxima a la realidad. Y para ello, no hay mejor vía que el debate. Reunir a los estudiantes para que discutan y reflexionen sobre el por qué somos como somos y el cómo mejorarlo, es una excelente propuesta que promete ofrecerles una visión más objetiva de nuestra sociedad.
Pero existen otras ventajas que hacen de la historia una materia indispensable en la vida cotidiana. Primero que nada, es sabido por todos que quien se demuestra estudioso del origen de las sociedades, siempre tiene tema de conversación y proposiciones constructivas aplicables a diversas áreas profesionales. También, permite la preservación de las tradiciones, el folclore y la identidad de una sociedad a través de la transmisión persona a persona de las características propias de su cultura. Finalmente, se puede aseverar que cuando un pueblo conoce su historia (la trayectoria de su crecimiento), es capaz de manejar con mayor elasticidad los sucesos del presente para asegurarse un futuro placentero. De ahí la importancia de que desde chicos, los mexicanos aprendamos nuestra historia y ahora en la juventud, la analicemos con mayor profundidad.
Finalmente, el autor opina que la historia escrita en libros es una de las mejores lecturas de ciencia ficción. En ella, se pueden encontrar las más destacadas muestras de ingenio humano, las acciones más admirables de un pueblo y sus victorias; o las más trágicas con sus consecuencias. Y más aún, no se puede terminar un texto que hable de la importancia de la historia sin recalcar que nosotros mismos ya somos parte de ella, y que todas las acciones que emprendamos hoy, tendrán un impacto en el futuro y quedarán gravadas en las páginas de la vida como parte del crecimiento de nuestro país.