Hoy, Sidé se siente en agonía. La espera torturante de una noticia peligrosa lo tiene al margen de sus emociones. Aunque respira sin mayor premura, su corazón late rapidamente y los impulsos nerviosos que manejan su pensamiento se asemejan a una descarga eléctrica durante la tormenta.
El panorama está bien estudiado y las alternativas de solución fueron pensadas minuciosamente. Ahora solo queda la espera que, análogamente a como lo haría un cuchillo a la piel, desgarra cada trazo de su conciencia.
¿Qué ocurrirá?