Si estas sola y yo estoy solo

Fotografía de Paola D.

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Si estás sola y yo también,

deberíamos unir la mente para acompañarnos

pues la vida es muy hermosa

y cuando estás conmigo puedo saborearla mejor.

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Si estás sola y yo también,

no deberíamos vender farsas de dureza

sino confesar que nos gustan las fresas

y que cada día nos extrañamos más.

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Si estás sola y yo también,

seguro mojo la cama por las noches

al no saber de ti

(pues entonces sabría que estás disponible).

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Si estamos solos,

hagamos el amor.

Así los astros sabran que estamos juntos.

Multitud

Fotografía de Paola D.

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Gritos internos.

Siento gritos internos

en las arterias de mi cuerpo,

en sus venas,

en la líbido que me gobierna.

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Vocales que se disparan

y han perforado por completo

las máscaras de lo seguro.

Sólo queda polvo de ellas.

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En la lejanía retumba el sonido final.

Mi mundo de rostros se ha desmoronado.

Bien y estar, bienestar

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Mi bienestar no es una farmacia, ni un hospital, ni un remedio casero.
Mi bienestar eres tu, porque me haces sentir bien aunque esté muriendo.
Sentirme vivo, alegre, lleno y feliz: ese es mi bienestar.
Mi bienestar tú,
tú mi bienestar...tú y tú y tú y tú...
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Ahora ya no estás conmigo.
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Busco en una farmacia y en un hospital; en un remedio casero o una noche de juerga.
Pero no, no te encuentro.
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Intenté un espacio que anunciaba medicamentos similares.
Probé todo, no funcionó.
Las medicinas eran similares a tí; pero no completas.
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Mi organismo necesita la original.
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Te necesito a tí...
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Lord Alejandro Felpa y sus lágrimas sin consuelo.

Solitud

Fotografía de Lord Alejandro Felpa

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La casa está vacía, ¡vacía!, de tal forma que el polvo predomina en su interior, los muebles no han cambiado de lugar en 120 días y al parecer el aire tampoco. Toda la seriedad de sus paredes transmite el dolor generado por la nada, falta de energía, cero absoluto.

Los aplausos generan eco mortuario que se encuentra pendiente de cuidar el silencio. Ni un ruido puede romper la calma, el dominio pertenece a la melancolía.

De pronto despierto y la casa resulta mi corazón.

Setenta latidos por minuto... cuarenta ahora... cinco... paro fulminante.

¿Dónde?

Fotografía de Paola D.

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Transcurren pesados,
en mi mente y corazón,
segundos que el tiempo me robó.

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¿Dónde estás?
Hace unos días que no sé de ti,
no con detalle,
y mi reflexión parece acercarse al dolor.
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Duele en mis labios la resequedad que
por falta de tus besos
me ha gobernado.

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¿Dónde estás?
Requiero saciar mi sed,
aquella que solo tú cancelas.
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Escribe, escribe escribe escribe
(exigías internamente);
pero ahora lo hago
y tú sublimaste para disolver la realidad.
Llora el cielo. Las plantas ríen.
El deseo se pudre por extrañar.
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¡Escuchame!
He llamado noventa y nueve veces a tu estela
y no me has perdonado ningua.
Comprende que mi estar ya no vale pues
como siempre lo has sabido,
continúa sólo por que se promueve en tu sonrisa.
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¿Dónde te he de buscar?
El recorrido de senderos en la tierra es largo,
todos conducen a un lugar;
mismo que te desconoce.
Dame una pista,
envía la brisa cálida de verano
(esa que emana de tu piel),
aparece frente a mi.
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Me muero,
Células explotan y queman otras.
¿Dónde estás?
lo único que pienso eres tu,
me pierdo pusilánime sin saber cómo te encuentras.
Envía una carta,
que en tus letras sabre si renovar la cosecha
ó arar la tierra para las viñas y el salón.

Obsérvame

Fotografía de Lord Alejandro Felpa

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Fondo: “todas estas cosas que he hecho”
Título: ¡Carajo! ¡Te extraño demasiado!
Año: Dos mil siete (2007 ó ’07 recortado)
Album: Bum bum bum tengo una pistola en la boca.
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Sinopsis:
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Estoy muriendo... pronto vas a aparecer y yo tendré que resucitar. Tremenda pesadilla pisar dos veces mi inconsciente, aunque me consuela que la segunda de ellas sea por tí.

Aparece ya, cubre tu cuerpo desnudo y adolorido con mis brazos. Quiero sentir frío junto a ti.

Aquí estoy, observa mi foto.

Sal

Fotografía de Paola D.

La genética explica que el origen de nuestros cuerpos se logra gracias a la participación de moléculas diminutas, enamoradas unas de otras, que construyen polímeros funcionales. Se llaman bases púricas y pirimídicas, son las autoras de cada gen en el núcleo celular.

De ellas nacen los sueños, el pensamiento, los sentimientos y emociones, el color de ojos y, por supuesto, las ganas de hacer el amor. Por eso me fascina tal ciencia, minúscula y divertida, que narra la formación de nuestro fenotipo como el ensamblaje de tabiques, granos de sal.

El resultado es una gran playa repleta de arena, donde los cristales inorgánicos se mezclan unos con otros y dan forma a siluetas hermosas, sublimes como la tuya. Cuando dos cuerpos chocan, los granos se revuelven y la playa pasa a ser isla. Terreno de pasión.

Mecanismo fascinante, maravilla entendida por el hombre pero incomprendida por su origen; sin embargo, no es importante captarlo todo. Basta con regocijarse al saber que el amor está en nuestra naturaleza, y se construye con bloquecitos.

¿Ves que la ciencia ayuda mucho a entender el universo?

Guerras perdidas

Fotografía de Paola D.

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Un encierro efímero reconoce el llanto

y las penas eternas de la mente,

el cuerpo se pudre despacio

(culpa del dolor existencial)
transpirando sufrimiento homogéneo.

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Un encierro permanente conduce,

entre torturas y presión,

a que el sujeto obedezca el orden impuesto

(despotismo puro y radical).

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¿Cómo vive México su esclavitud?

Permitiendo que el sistema de hegemonía política

(ejercido sobre nuestra tierra pluricultural)

aplaste el orden social que podría formarse

con trabajo conjunto y solidaridad.

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La soberanía del pueblo se descarapela

y está en las obligaciones de éste reconstruírla.

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¿Qué decimos los jóvenes?

Hay que renovar, proponer, alcanzar.

Y tomamos el mando de nuestra expresión

para gritarle a los cuatro vientos: hastá aquí.

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Las cárceles jamás pierden terreno,

menos aquellas que oprimen derechos de unión.

Construir catapultas de intelecto por la raza

prometen avance progresivo.

Evolución.

Naturaleza urbana

Fotografía de Lord Alejandro Felpa

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El hombre devoró la tierra,

desterró sus árboles y plantas

reemplazando todo por concreto.

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Cuando llevó a cabo tales acciones

olvidó dos consideraciones importantes:

que es un animal también

y que la flora es indispensable para vivir.

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Entonces la angustia desgarró su mente,

convirtiendo la vergüenza en llanto.

Con tales sentimientos,

decidió reparar las cosas de la manera

más estúpida e inelocuente:

dibujó árboles en la pared.

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¿Qué oxígeno le queda a nuestros niños?

Corazón corazón

Fotografía de Paola D.

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Esta noche te busqué varias veces

pero no logré contactarte;

caí muerto por culpa del olvido.

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Te extrañé; aunque estabas,

tus deseos radicaban distantes

entre lo paralelo y lo infinito.

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Ahora me encuentro aquí sentado,

esperando a que algún segundo,

cualquier momento, un instante,

pienses en mi y lo confieses.
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No me preocupa la tormenta,

tampoco el tiempo.

Mis cuitas se generan consecuentes a tu mente perdida.

Deseo que ella se introduzca en la mía.

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Así y sólo entonces,

vivirás lo que sufro porque no apareces.

Comerás el polvo desértico de nuestra vida

y lamerás lo que somos: un par de almas perdidas.

Taquitous

Fotografía de Lord Alejandro Felpa

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¡Los hemos cachado!

¡In fraganti!

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Desfilan constantemente sombras,

cargan gula en sus siluetas,

tupen el intestino con aceite vivo de su zozobra.

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Marchan dos y después una,

luego tres, cuatro o hasta cinco,

todas rebosando de placer.

Éxtasis falso que oculta sus dolores.

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Pero feliz está el servidor,

siempre cortés como gentil

endulzando sus ojos con azúcar monetaria,

hinchando sus párpados con realización.

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¡Provecho, buen provecho! Reza él,

malicioso en su mirada turbia.

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Provecho y regresen otra vez.

Rojo amanecer

Fotografía de Paola D.

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Cuando poder y fuerza bruta van unidos,

el cielo amanece en cólera.

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Tiñe sus aires de rojo

pues hace reaccionar la luz del sol

con átomos de aire,

creando auroras resentidas.

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En África mueren por diamantes,

por pobreza e injusticia;

¿Quienes?

Nosotros y nadie.

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En América mueren por cocaína y marihuana,

por pobreza e injusticia;

¿Quienes?

Nosotros y nadie.

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En Europa mueren por fútbol,

por miedo y terrorismo;

¿Quienes?

Todos sin pretexto.

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En Asia mueren por pornografía,

hambre e injusticia;

¿Quienes?

Nosotros humanos.

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En Oceanía mueren por medusas,

y el mar lanza sus largas barbas de consuelo.

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¡Qué podrído!

Qué ridículo conocer un mundo así,

donde siempre la aurora tiña

a la vida de gris.

Chapuzón

Fotografía de Lord Alejandro Felpa

He visto un panorama que yace estancado en las glorias de su pasado y no evoluciona. Aparece ahí, perpetuo, sin que el tiempo o la energía logren cambiarlo.

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No tiene genética y, por ende, tampoco una herencia. Cada nueva generación lo observa igual, incambiable. Algunas han incluso llegado a pensar que se trata de un horizonte muerto, esperando el día en que se desquebraje totalmente.
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Pero lo cómico es que tal cosa no ocurre tampoco. No se fisura, no se erosiona, no se rompe. Se muestra imponente y perfecto, retando a la naturaleza y sus leyes.

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A través de un estudio minucioso podemos llegar a la conclusión de que es un sistema complejo y ordenado que, de no recibir un estímulo correcto, jamás perderá la armonía que lo mantiene intacto, sistemáticamente organizado.

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Se llama homeostasis. Reacciona ante cada cambio normal de tal forma que nunca pierde su equilibrio físico. Cuando llueve, el agua escurre por coladeras; los insectos que participan en la polinización de las flores circundantes se encargan de tirar suficiente miel en el piso para que éste se mantenga encerado y brillante; la sombra de los árboles impide que el sol queme sus colores y la brisa del viento se lleva las hojas otoñales para que éstas no cubran su superficie.

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Homeostasis, capaz de cuidar su ecosistema evitando cualquier alteración.

Escuadrón alfa

Fotografía de Paola D.

¡Atención señores!

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¡Cesen fuego!

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¡Que el paso retumbante se detenga y su respirar agitado encuentre calma! Ocurre que contrario a nuestras previsiones, nos enfrentamos contra algo sorpendentemente inesperado. He perdido un tornillo de la mente y no lo puedo encontrar.

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¡A revisar sus botas, bolsillos y gorros; debajo de la insignia alfa también! Nadie rompe filas hasta que mi pija metálica aparezca (unos cuantos soldados comenzaron a reir). ¡Rápido, rápido que el enemigo se aproxima!

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- pronto se escuchó un silbido semejante al de un chubasco y la tierra comenzo a sacudirse-

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¡Busquen, busquen! ¡Malditos sean! Dejen de caer al piso y encuentren mi capricho!

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En la trinchera opuesta, un grupo de militantes del partido humanista reían incansablemente:

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-... y pensar que bastaba con quitarle un tornillo más a la política mexicana para que se colapsara-

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Entre risas, porras y aplusos de los médicos militares, la armada del Nuevo México siguió disparando a los cielos cuantas bombas, balas y tornillos tenía en la bolsa, para lograr que el atraso social nunca más pueda levantarse otra vez.

La revista

Fotografía de Lord Alejandro Felpa

Nací amando la firmeza de tus mamas;

me bastaba con apretar los labios

para recibir un chorro de elixir proveniente de ellas.

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Chupé todo.

Tu leche, tu amor, tus vitaminas.

Cuando me agotaba de succionar,

solía besar tu piel en agradecimiento por el festín lácteo.

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Ahora que estoy más grande y sé observar,

encontré en un puesto de revistas una foto espléndida.

¡Es una madre!

Pero no cualquiera: es una madre que alimenta.

Y tal es la razón por la que escribo.

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Desde mi descubrimiento,

he tapizado la alcoba entera con fotos nodrizas

y cada vez que las observo pienso en ti.

Madre naturaleza.

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No te preocupes,

por ahora sólo necesito ver tu cuerpo.

Mañana, cuando mi piel se desgarre en la obscuridad,

arrancaré las imágenes de la ventana.

Entonces el sol podrá pasar.

Tú eres mi tierra

Fotografía de Paola D.

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Cuando vuelo pienso en tu piel tersa,

me dan ganas de resbalarme.

Deseo morderla y sentir su suavidad acolchonada,

cual nube blanca vista desde arriba.

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Viajo y recuerdo:

los maizales dorados del campo mexicano,

los comales incandescentes cubiertos con chipotle,

el cacao amontonado en los costales a granel,

el café (de Cuetzalan) y su canto lanzando chispas al tostarse.

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Tú figuras mezclada con ese sabor tradicional,

con el toque especiado de nuestra cultura.

Eres morena y alargada, en tus caderas se excitan los vientos.

Posees el color de la tierra en tu piel.

Tus ojos, primogénitos en ver los astros,

nombraron cada uno con su luz.

Tierra mexica, maya y tlaxcalteca: toda tuya.

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Me paseo con tu imagen en la cabeza.

Recorro, ligero como coyote hambriento,

las escalinatas de dos pirámides majestuosas:

una alaba a tu padre el sol, la otra a la luna.

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Yo, hijo también de ellos, me enamoro.

Con la mirada serena me envuelvo de universo

y estoy listo para narrar los ruidos de la vida.

Me dicen rey, otros poeta;

pero mi nombre ahulla al infinito lo que soy:

Netzahualcóyotl, el mexicano.