¿Qué hacemos cuando necesito que estés conmigo? ¿Cómo podríamos solucionar el simple hecho de que te deseo locamente y ya; punto, c'est fini? ¿Cómo demonios lucho solo contra la agonía de no besarte cuando quiero, de tener que sedar mi cuerpo con drogas para contener su deseo de estar contigo? ¿Y volar?
Bueno, la respuesta es muy sencilla. No existe una solución. Pésima, pero real y concreta. Me tengo que fregar la vida esperando el momento en que pueda estar junto a ti. Como si las cosas no fueran complicadas por naturaleza.
Y luego escucho al imbécil gritar que no somos nada, que los átomos del cuerpo son espacio vacío, que la energía es sólo divina y nada más. ¿Qué entonces con las moléculas de mi inspiración? ¿Qué entonces con las reacciones químicas que rigen mi vida? Al diablo con él.
Somos lo que sentimos. Esa energía que trae la vida consigo. Por eso yo ya no puedo estar aquí. Me escapo, me escapo de esta tortura lejana para correr contigo. Diva del sol.