Durante toda mi vida descansé en tu pecho,
seguro de nunca padecer por tu ausencia.
Con la mente concentrada en imágenes nuevas,
con los ojos perdidos en mi ignorancia,
abracé tu cuerpo para sentir fortaleza.
.
Después crecí, logrando nuevos pasos
en caminos sinuosos que, en la mayoría de los casos,
no culminaron en algún lugar. Sólo en lo desconocido.
.
Aún entonces, yo continuaba recostado sobre ti.
Tu calor disipaba el miedo. Iluminaba las sombras,
las manchas obscuras de una sociedad podrida por su indiferencia.
.
Subitamente, me caí.
Resbalé por las laderas de tu cuerpo
y me estampé contra el suelo bajo el efecto de un sonido seco.
¡Puf! Ya no estabas ahí. Y yo, cubierto de la confusión aterrante
generada por tu ausencia, me levanté. Marché de frente.
Para seguir recorriendo los caminos sinuosos que tú me enseñaste
a iluminar.
seguro de nunca padecer por tu ausencia.
Con la mente concentrada en imágenes nuevas,
con los ojos perdidos en mi ignorancia,
abracé tu cuerpo para sentir fortaleza.
.
Después crecí, logrando nuevos pasos
en caminos sinuosos que, en la mayoría de los casos,
no culminaron en algún lugar. Sólo en lo desconocido.
.
Aún entonces, yo continuaba recostado sobre ti.
Tu calor disipaba el miedo. Iluminaba las sombras,
las manchas obscuras de una sociedad podrida por su indiferencia.
.
Subitamente, me caí.
Resbalé por las laderas de tu cuerpo
y me estampé contra el suelo bajo el efecto de un sonido seco.
¡Puf! Ya no estabas ahí. Y yo, cubierto de la confusión aterrante
generada por tu ausencia, me levanté. Marché de frente.
Para seguir recorriendo los caminos sinuosos que tú me enseñaste
a iluminar.