Retumba el tamboreo del merengue.
Todos bailan en la pista,
el mas timido de los presentes:
tambien.
.
Su ritmo no encaja,
cada uno de sus pasos choca con la melodia
y desquebraja el sentimiento musical.
El baila y marca falso,
patea y sigue contrario,
gira y cae mal.
.
En su cuerpo corre seguro,
palpitante y pausado,
el bombazo intimidante de la discrepancia.
Canta, pero el publico ya noto
que no persigue la misma sintonia.
.
Denle el microfono, dejenlo orar,
que su discurso cantado es diferente
y promete la serenidad de lo novedoso.
.
Lo cierto es que
no vendra nunca mas a este rincon,
su sentir sigue otras bandas,
las que se alejan de la costa
y buscan la ciudad.