Estoy sólo en casa, la misma que tú construiste con el sudor de tu trabajo. Aquella de puertas grandes y bien abiertas, ofrendadas a cada luchador del bien social. Su cocina posee aún el aroma de los platillos compartidos con tus compañeros, tu pueblo; México de pasiones.
En el centro de todos esos recuerdos tan hermosos de humanidad, mi mente yace hundida en un silencio seco y corrosivo. Entonces pienso: la armónica lo curará, y la música comienza a vibrar.
¿Me escuchas? Esta canción es para tí.