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Un día pregunté a Alejandro:
¿cómo haces para encontrar el ángulo perfecto en tus fotografías?
A lo que él simplemente respondió:
¿cómo haces tú para escribir cosas que me gustan tanto?
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Ese día comprendí que la imaginación y la técnica humanas no tienen frontera.
Aprendí también, que en ocasiones, el escritor calla frente a la fotografía.